lunes, 22 de marzo de 2010

EL TRAYECTO DE LA MEMORIA: EL LENGUAJE

Jorge Mendoza García

Universidad Pedagógica Nacional

Por memoria colectiva ha de entenderse la reconstrucción de sucesos significativos para una colectividad. Y para dicha reconstrucción se echa mano de los marcos sociales. Por marco social hay que entender esos puntos de apoyo sin los cuales los sucesos se vuelven volátiles. Son puntos fijos que permiten que lo inestable se vuelva estable, que lo fugaz perdure. Y marcos sociales los hay como el espacio, el tiempo y, sobre todo, el lenguaje. Por lenguaje hay que entender un sistema de signos que permite acordar y describir la realidad, al menos la realidad social. El lenguaje permite, a distancia en espacio y en tiempo, dar cuenta de objetos y acontecimientos. Pues bien, con lenguaje damos cuenta de lo acontecido tiempo atrás y con lenguaje damos cuenta de lo que nos ha resultado significativo, lo cual constituye el trayecto de la memoria, es decir, con lenguaje reconstruimos aquello que para la colectividad tienen alguna relevancia. El lenguaje no sólo es marco social pues también es artefacto con el cual edificamos, mantenemos y comunicamos los recuerdos. Por eso en algún momento ha sido caracterizado como “traficante de ideas”, aunque también podría denominarse traficante de pasados. Por eso es que en distintos momentos y sitios se ha intentado silenciar lo que sobre el pasado se tiene que decir, singularizando las versiones que sobre el pretérito existen. En el presente trabajo se argumenta la importancia del lenguaje, incluso interiorizado como pensamiento, para la continuidad de la memoria (versus el silencio) con el que se edifica el pasado. Lenguaje y memoria; silencio y olvido.